American Idiot, la rebeldía conceptualizada.

Juan David Flores

11/11/2021


Han pasado 17 años desde que fue publicado el séptimo álbum de la banda de punk rock, Green Day.

Conformada por el vocalista Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt como bajista y Tré Cool en la batería, esta agrupación siempre se ha caracterizado por llevar en sus canciones ciertos esquemas inmersos en el odio, el frenetismo y la liberación. Desde 39/Smooth hasta Father of All Motherfuckers, cada trabajo de Green Day aborda temas de índole social, política y familiar.

En primer lugar, sería Cigarettes and Valentines la continuación de su sexto álbum llamado Warning, sin embargo, las grabaciones fueron robadas de su estudio meses antes de culminar la producción del mismo. A raíz de esto, la banda reflexionó sobre las capacidades y el potencial que tenían, así que en vez de volver a grabar los veinte temas que habían sido hurtados, decidieron escribir otra entrega desde cero.

American Idiot es un álbum concepto que presenta a su protagonista, Jesus of Suburbia; un chico rebelde, incomprendido y con la sensación de vivir engañado a base de esperanzas y falsas ensoñaciones, un antihéroe que evita a toda costa ser parte del grupo de ciudadanos controlados por los medios de comunicación y la TV, el hijo del odio y del amor. Hace parte de una generación de hogares rotos y/o disfuncionales, con jóvenes deprimidos, rebeldes y sin rumbo.

Mientras se reproduce cada canción, la historia se vuelve menos difusa. Su tema más icónico, Boulevard of Broken Dreams, plasma la soledad que experimenta Jesus of Suburbia después de abandonar su “hogar” y la desconfianza en sí mismo que esto conlleva. Posteriormente conocemos a St. Jimmy, su alter ego, la viva encarnación de la rabia y las tendencias autodestructivas que desarrolla una persona con estos antecedentes. En la sexta canción –que lleva su mismo nombre- Jimmy se describe como “el santo patrón de la negación, con cara de ángel y gusto por el suicidio”.

Ya en la segunda mitad conocemos a Whatsername, la posterior pareja del protagonista. Ella representa el amor, la resistencia y la explosividad. Durante las siguientes cuatro canciones se explica por qué Jesus of Suburbia se enamora de ella y de qué manera se da su ruptura.

Finalmente, en Homecoming se habla de cómo el protagonista toca fondo gracias al abandono de Whatsername y renuncia a la decadente identidad de St. Jimmy. Vuelve derrotado a casa de su madre y toma la decisión de tener un nuevo comienzo...

Sin lugar a dudas, Green Day volvió a plasmar con ayuda del punk un millar de conceptos y situaciones que retumban en la cabeza de jóvenes, gracias a la televisión, los refrescos y el Ritalin.

El autosabotaje, la rebeldía, la inseguridad y el odio son más que simples dificultades y sentimientos que se solucionan con “madurez” o se reprimen de alguna forma. No es coincidencia que los escenarios familiares y políticos que afectan a Jesus of Suburbia sean análogos a los de un joven convencional, y Green Day supo cómo conceptualizarlos de la manera más armoniosa y frenética posible al son del rock alternativo. De igual forma, cuando entra en escena el amor y la esperanza, resulta intrigante escuchar cómo el frívolo y rebelde encuentra gusto en la desdicha y la destrucción propia para después dar con una mujer que, a fin de cuentas, consiguió desenvolver ese cariño y admiración escondidos detrás de la miseria y la soledad.

Ojalá todos pudieran encontrar esa piedra angular a la cual decirle “saca a besos a los demonios de mis sueños” como en Give Me Novacaine, o quizá poder estrellarse contra una pared de concreto emocional y llegar a la conclusión de que “el enamoramiento ahora es una deuda en tu certificado de nacimiento” al igual que St. Jimmy en Letterbomb.

En consecuencia, he de reconocer en este álbum la sinceridad con la que Billie Joe Armstrong se representa bajo estos personajes, cómo miles de personas se identifican con esta historia y la cantidad de reflexiones que se pueden sacar de cada canción. Claro, puede que existan ciertos vacíos que la banda dejó a la imaginación de su audiencia, pero considero que el fin del mismo radica en adjudicar a la vida esa chispa de inseguridad y odio que todos tenemos en el fondo; esa experiencia de fracasar y luego levantarse, bien sea en el amor o en la vida.

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