Un Sueño de 57 Años

Cortesía de:  El Tiempo Latino

28 de agosto de 2020

Yo tengo un sueño, que mis cuatro hijos un día vivirán en una nación en donde no serán juzgados por el color de su piel sino por las cualidades de su carácter, yo tengo un sueño…”. 

Martin Luther King. Así hablaba Martin Luther King un caluroso 28 de agosto de 1963, desde las escalinatas del monumento a Lincoln, frente a un público de entre 200.000 y 300.000 personas. Habían llegado ahí desde todos los rincones de los Estados Unidos exigiendo el final de las políticas de segregación racial de los estados sureños y las garantías necesarias para que los ciudadanos de color pudieran ejercer su derecho al voto, los manifestantes pedían el pago de la deuda histórica que los Estados Unidos había contraído con su comunidad afrodescendiente; una deuda de paz, libertad y justicia por la que sus ancestros habían luchado y lucharían también sus descendientes.

57 años después, la comunidad negra sigue sin obtener estos derechos básicos ni en Estados Unidos ni en el mundo, viven la violencia y el racismo constante en cualquier parte del planeta. Según el New York Times “1 de cada 1000 hombres afroamericanos puede esperar morir a manos de la policía” esto significa que los hombres de tez negra son 2.5 veces más susceptibles de ser asesinados por los agentes del estado que los hombres de tez blanca, además de acuerdo a The U.S. Census Boreau “la tasa de pobreza de la comunidad negra es del 20.8%” lo cual la convierte en la comunidad étnica más pobre de un país con aproximadamente 40 millones de personas bajo el umbral de la pobreza.

No es casualidad que tras el asesinato de George Floyd el 15 de mayo de 2020, las calles estadounidenses hayan colapsado bajo el peso de la indignación social de un pueblo que ha sido violentado sistemáticamente por un sistema que no los ve como humanos, no es casualidad que el sueño parezca incendiarse con las chispas que las cadenas producen al golpear el asfalto, cadenas que parecían invisibles pero que siempre estuvieron ahí, no es casualidad que un joven blanco pueda disparar su rifle de asalto contra los manifestantes sin que la policía haga nada, pues en los Estados Unidos y en el mundo ese es el derecho del hombre blanco, que puede pasar sobre el derecho de cualquier otro.

Martin Luther King soñaba con la hermandad entre razas, soñaba que un día pudiéramos vernos los unos a los otros como lo que somos; seres humanos con esperanzas y sentimientos, con miedos y frustraciones, con bondad y maldad en nuestro interior. Creía que podemos ser mejores juntos y que juntos podemos hacer todo lo que nos propongamos, pero ante todo Martin Luther King creía que podemos soñar juntos un sueño a la altura de todos, un sueño ya no sólo americano sino  un sueño humano de paz, respeto y prosperidad.

Solo queda preguntarse si ante el ascenso de las tensiones raciales en Estados Unidos, se reemplazaran las cenizas de aquel sueño de hombres blancos adinerados y propietarios de esclavos, por el sueño que Martin Luther King se atrevió a imaginar un día como hoy hace 57 años.

Samuel Agudelo Huertas.

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